lunes, 12 de enero de 2009


Madre mía... y yo que pensaba que después de Navidades ya no podía engordar más... ¡Con lo que he comido estas últimas semanas! Pero no, está claro que mi ya gastado y amortizado cuerpo puede aguantar aún más traca.

Y es que hoy era el cumpleaños de mi amigo Patrocinio. Claro, ha querido que fuéramos al hogar del jubilado a celebrarlo. Primero hemos jugado un rato al dominó, y después a las cartas... pero la cosa se ha complicado (para bien, tranquilos).

Que si ahora pedimos un poquito de orujo, ahora otro, trae la botella pa'cà... Imaginaos cómo hemos acabado. Y ya para rematar... nos hemos comido unos churros con chocolate. Qué bien me han sentado, ¡señor! Hacía tiempo que no merendaba tan agusto.

Desde luego, menudos setenta y ocho años más bien cumplidos, Patrocinio. Desde aquí te felicito otra vez, eso sí, ya sabes que para la próxima nos falta una botella de orujo, o haré como mi Almu, que hace "botellón" en el parque, sólo que nosotros lo haremos a la vez que jugamos a la petanca.

Atentamente,

Saturnino Domínguez.

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