miércoles, 12 de noviembre de 2008

La visita al doctor


Hoy, a primera hora de la mañana he acudido al ambulatorio de mi casa a hacerme un chequeo rutinario. Yo, sinceramente, me encuentro más fuerte que un roble, pero el otro día hablando por teléfono con mi hija Azucena, me insistió en que me lo hiciera.

En parte tiene razón, porque tenemos ya una edad que no estamos para tirar cohetes, aunque yo me siento mejor ahora que hace veinte años, pero nunca se sabe... Y sino, que se lo digan a mi amigo Amadeo, que también se encontraba a las mil maravillas, y fue un día a una revisión y le sacaron de todo al pobrecillo. Vamos, con deciros que duró dos meses...

Por eso a mí no me gusta nada ir a los hospitales, porque, ¡coña! Si tengo algo, cuando más tarde me entere y menos tenga que padecer, mejor, ¿no? Pero mi hija me ha insistido tanto que no me ha quedado otra.

Por una vez, no he tenido que esperar mucho en el ambulatorio, me han atendido a la hora, una chica muy guapa y simpática. En unos días me darán los resultados, así que a ver qué me sacan.
Temblando estoy, y es que, aunque no quiera me acuerdo de mi amigo Amadeo y lo bien que él se encontraba el día que fue al médico...


3 comentarios:

anonimo dijo...

Querido Saturnino,espero que su visita al doctor no sea nada.
No se ponga tan pesimista,seguro que su amigo falleció porque no se cuidaba mucho,y no porque fuese al médico.No se la manía esta de la gente mayor de llamra a los médicos matasanos y el miedo de muchos a acudir a un hospital pensando que no van a salir de él.
Además,seguro que está usted muy sano,¡con esa vitalidad que tiene!

Un saludo muy afectuoso.

Enzo Buonfiglio dijo...

Ánimo Saturnino. Ya verá como todo va bien. La verdad es que leyendo su blog me acuerdo mucho de mis queridos abuelos de Viareggio.

Un saludo

Anónimo dijo...

Amigo Saturnino, si me permite la confianza, yo también querría dedicarle unas palabras de aliento. Recupere el buen ánimo y piense en las muchas cosas buenas que le proporciona la vida, como su blog;).